domingo, 6 de julio de 2014

Buen camino

Su modo de vida cambió un día súbitamente, a partir de entonces todo fue diferente. La respuesta a la pregunta que tantas veces se había hecho ¿Cómo será el final?, pasó a ser evidente.

Siempre le había gustado andar para arriba y para abajo, admirar el campo, ver amaneceres y disfrutar del frescor de las largas tardes de primavera cuando los ladridos lejanos de los perros acompañaban la llegada de la oscuridad y los rayos de luna.

El tiempo, la casualidad, la naturaleza hizo que la ruta se redujera de la cama al sillón y del sillón a la cama, ya todo serían recuerdos.

Caminar tiene una frontera que divide dos momentos, uno en el que tú puedes elegir ir de un lado a otro o a ninguna parte y otro en el que ya solo puedes dejarte llevar hasta tu final. 

Hay quienes son nómadas por naturaleza y que disfrutan con el ir porque cuando llegan a un sitio lo ven y sienten que deben continuar el camino porque algo les dice que antes lo habían visto, que la vida es el camino. Hay otros que les gustar ir para quedarse. 

Buen camino, es el saludo de los peregrinos que van a Santiago, palabras entendidas por todas las personas que se encuentran, sean de cualquier raza, sexo, o condición. Es un saludo abierto que encierra algo más, la conveniencia y necesidad de vivir sol, lluvia o lo que toque rodeado de personas que entienden el camino como una complicidad permanente.


Un viaje y un destino común para dos formas de ver el mundo, los que van para quedarse y los que siempre querrán seguir caminando.