lunes, 24 de febrero de 2014

El secreto de Marilyn


El texto completo de "El secreto de Marilyn" se encuentra en la siguiente página del blog.

En principio lo había concebido como un relato corto, pero al final se compone de 21 páginas que espero no defrauden a aquellos visitantes que se aventuren a leerlas.






 


lunes, 17 de febrero de 2014

El secreto de Marilyn (Relato completo)

EL SECRETO DE MARILYN -  Relato

Capitulo 1

Todos los componentes del edificio la conocían. Cada día la veían llegar, le cedían el paso en el ascensor, algunos la seguían con la mirada fijamente hasta que llegaba a su altura. Unas veces traía consigo buenas noticias, otras tristes o sencillamente pasaba de largo en busca de otros destinatarios afortunados.

Fred Calway miraba a través de la ventana. Era una mañana de invierno con el cielo plomizo. Hacía frío y nevaba pausadamente.

Sonó el teléfono, Catherine lo levantó y respondió:

Buenos días, dígame.

Soy John Austin ¿Podría hablar con Fred?

Sí, como no Sr. Austin, le paso ahora mismo.

Sr. Calway le llama el Sr. Austin.

Pásamelo

Hola John me alegro de oírte. ¿Cómo estás?

Yo también me alegro de oírte, todavía ando recuperándome del viaje, de esos días en los que no dejaba de pensar en cómo vamos a ir capeando el temporal. Hablando de temporal, ¿Qué tal el tiempo por Detroit?

Nieva un poco y el frio usual, supongo que parecido a Chicago.

Aquí estamos a menos 17 grados. Bueno, te llamo sobre mí aviso de la tabla que enviarían a tus Oficinas para luego hacérmela seguir. El comerciante me ha avisado de que la entregó al Courier hace siete días.

Muy bien John, preguntaré por aquí y ya te diré. A propósito, ¿me puedes dar algún dato más?

Si, se trata de un cuadro. Susan quiso que en nuestro viaje a Hong Kong fuéramos a Dafen, un pueblo cercano, donde los pescadores se han convertido en pintores, allí hay una verdadera factoría de artistas capaces de reproducir el cuadro que quieras. Ella adora las lilas de Van Gogh, pero no quería una copia, quería uno genuino hecho por los mismos artistas que se dedican a copiar. Dimos la idea y el comerciante dio su conformidad sonriendo y nos aseguró que por 500 Euros tendremos una sorpresa, un sueño hecho realidad en forma de lilas.

Muy bien, con eso me basta para iniciar mis averiguaciones.




Fred colgó y llamó a Catherine. Por favor pásame a Charlie. Respiró hondo y dijo para sí, lo que me faltaba, este capullo de Chicago con su cuadro de lilas para dar gusto a su mujer, más le valdría atenderla como es debido o divorciarse y así dejaría de tocar las narices al resto de los humanos.

John llevaba algo más de un año en la Compañía, era ambicioso y quería jugar fuerte. Había empezado por Susan al ponerla en la tesitura de dejar New York, su trabajo y trasladarse con él a Chicago. Era una gran oportunidad que no podía echar a perder, quería socializarla con todos, pero en su interior sabía que era exclusivamente suya. Tenía que hacer competitiva la Red de fábricas, la de Detroit era "el reto". Había trabajado sin descanso varios meses y por razones “tácticas” tuvo que hacer un receso en su agenda y elegir entre un viaje y un divorcio.

Susan dijo China y Hong Kong porque no había visitado Asia. Era la oportunidad de pasar factura a las ideas rutinarias de su marido de pasar fines de semana enfrascado con sus papeles o pescando en los grandes lagos. Ella sabía que la seguridad de John en el despacho contrastaba con su fobia a los aviones, a los barcos y a todo lo que no fuera tener algo seguro, siempre agarrando por donde más le duele al contrario, era un jugador de ventaja.

Fred no podía fallar, llevaba un par de años al frente de Detroit, tenía que reducir costes y eliminar cualquier atisbo de improductividad, desgana o indisciplina. Aplicaba mano dura y una política de hechos que entendía todo el equipo, algunas veces su dureza era innecesaria. Se sabía respaldado por John, pero en el fondo detestaba que lo pusiera a prueba de manera sutil e irónica, rozando una cierta crueldad. Siempre había pensado que detrás de las grandes ideas de John estaba Susan, pero lejos de tranquilizarle ese pensamiento le turbaba más. Era muy difícil de asumir que una mujer llegara a tener esas capacidades. Para él las mujeres tenían otro rol que desempeñar y con ellas no había que hacer concesiones, por tanto el caso del cuadro se hacía más incómodo, sin haber comenzado a hacer averiguaciones ya empezaba a sentir que se implicaba emocionalmente más allá de lo necesario y conveniente. Sus ideas se habían ido suavizando con el tiempo al constatar que su hija realizaba una carrera brillante.

CAPITULO 2

Charlie se acercó al despacho de Fred que tenía la puerta entreabierta, asomó la cabeza y dijo:

Creo que me querías decir algo.

Si, pasa Charlie. Para variar, otra vez John, ahora no es por la productividad ni por los plazos de entrega, el caso es tenerme siempre liado con algo.

¿Y ahora que ha pasado?

Mira, ya sabes que John no desconecta, nos dejó tranquilos los días que se fue con su mujer a China y Hong Kong, aún así me mandaba todos los días algún recado, nada nuevo, en su línea. Resulta que en un sitio cercano a Hong Kong encargaron un cuadro que le gustaba a su mujer. Estaban de paso, pagaron una señal y dejaron el resto para cuando lo recibieran. Hace un par de semanas me avisó que mandarían el cuadro aquí, lo cierto es que no sé ni he querido saber porqué tomó la decisión de dar nuestra dirección, la cuestión es que lo hizo. Si estabas pensando en preguntármelo, olvídalo.

Fred ¿Cómo se supone que es, a nombre de quien viene?

No me hagas estas preguntas, solo sé que debe tener forma de un cuadro y por tanto un envío fuera de lo común que no podría pasar desapercibido, supongo que medirá un metro poco más o menos, así que por favor entérate de algo y me tienes al corriente.

Charlie era veterano, pasaba por situaciones de estas a menudo y estaba acostumbrado a gestionarlas manteniendo la calma. Este caso era especial, Chicago estaba por medio. Visto a lo lejos, el caso le sonaba muy extraño, él se encargaba de gestionar el correo, la paquetería, la distribución y las empresas con las que tenía subcontratadas algunas de estas actividades. Nadie le felicitaba ni tampoco a su equipo por ese trabajo callado y anónimo: Sentía que quizás no se apreciara la importancia de tener todo a punto cada día y para colmo una vez más en el ojo del huracán.

Aplicó su metodología, la de la experiencia y la del sentido común. Comenzó por pedir a Seguridad que consultará el registro de Courier de las dos últimas semanas y que le enviara una copia de las entradas.

Amy Lewis era el prototipo de mujer eficiente, no se le escapaba un detalle, era la primera en dar ejemplo trabajando, animando constantemente, pero cuando hacía falta ponía los puntos sobre las íes. Siempre era constructiva.

Charlie llamó a Amy para preguntarle si conocía algo sobre ese paquete extraño e inusual que andaba tratando de localizar, en el caso de que hubiera llegado.

No tengo ni idea Charlie, pasan tantas cosas por nuestras manos cada día que vete a saber de lo que estamos hablando. ¿Me puedes dar alguna pista para que averigüe algo más?

Si, piensa en un paquete con forma de cuadro, de un metro de largo más o menos, un tamaño que cualquiera que saque a pasear a Marilyn detectaría.

OK, iré haciendo averiguaciones.

Por favor dale prioridad, es un encargo de Fred. Ya sabes cómo funciona, ha dicho que le diga algo tan pronto como pueda y eso significa que me va a llamar hoy con seguridad, el tema además le viene de Chicago, no te digo más.

¿Y que tiene esto de particular para tanto alboroto?

Parece que se trata de un cuadro que encargó en China la mujer de John Austin.

¿Un cuadro de China? ¿La mujer de John Austin? ¿Y por qué lo ha enviado aquí?

No, por favor, no me repitas lo mismo que me pregunto yo, ahora lo que tenemos que hacer es buscar el dichoso cuadro, y por favor busca con discreción para que no se monte un guirigay.

¿Por qué dices eso?

Ya soy mayor y lo mejor es que aparezca, si no es así lo más probable es que tanto John como Fred puedan pensar que alguien de Detroit se lo ha quedado, en fin cualquiera de este edificio.

Ah, eso sí que no, entre nosotros eso no se ha dado ni se da, todo nuestro equipo da muestras de honradez todos los días.

Lo sé, lo sé. Por eso, ahora busquemos, simplemente busquemos, iremos viendo que ha pasado.

Amy habló discretamente con Nora Perry, la encargada del equipo que distribuía la correspondencia y la paquetería. Si había llegado el cuadro, no tenía más remedio que haber pasado por Marilyn.

Peter era alto, joven, estaba en el último curso de Físicas y su trabajo de las mañana en la Empresa le servía para pagarse su apartamento y sacar adelante sus estudios, Era el acompañante habitual de Marilyn, la conducía por cada rincón del edificio y rara vez la dejaba sola, nunca le quitaba el ojo de encima. La llevaba siempre a paso lento y firme, haciéndose ver con ella para que todo el mundo supiera que estaba allí y que ya no volvería hasta el día siguiente.

CAPITULO 3

Nora preguntó por Peter a los compañeros.

Está haciendo el primer recorrido, volverá pronto.

Al cabo de unos minutos apareció con Marilyn que iba a medio llenar, la dejó aparcada junto a las mesas donde se realizaba la distribución de la correspondencia y se fue a la coffee room a tomar un respiro. Allí llegó Nora.

Hola ¿Cómo estás?

Acabo de hacer la primera ronda del día con Marilyn y aquí estoy de vuelta hasta la próxima, cuando hayamos preparado la siguiente.

Muy bien. Quería hablar contigo para ver si me puedes ayudar a averiguar dónde puede estar un paquete que tuvimos que haber distribuido hace unos días. En fin, por si tu recuerdas algo.

¿Y cómo era y para quién?

El tamaño seria más o menos el de un cuadro grande, de un metro o cosa así.

Ah, me acuerdo, si, no cabía en Marilyn. Intenté meterlo dentro pero el carrito no es ni tan ancho ni tan profundo, una cosa es que la hagáis la novia de todos, por aquello de esperar sus cartas, y otro es que sea capaz de transportar cualquier cosa. Está pensado para cartas o paquetería pequeña, máximo del tamaño de un libro. Así que me acuerdo perfectamente de ese paquete que parece coincidir con el que estás buscando. Intenté doblarlo pero venía embalado y no se podía deformar.

¿Dónde lo entregaste?

Lo llevé a la sección de compras y allí se quedaron con él junto con el resto de correspondencia y paquetes del día.

¿Quién lo retiró?

Nadie en concreto, ya sabes que todo lo dejo sobre una mesa y este paquete lo dejé tumbado en un costado de ella.

Muchas gracias, me ha sido muy útil

Nora informó a Amy, Amy a Charlie y este a Fred.

Fred llamó inmediatamente a Charlie.

He averiguado que el paquete ha circulado por el edificio. El chico que lleva a Marilyn recuerda perfectamente que no cabía dentro y que tampoco lo podía doblar , lo tuvo que llevar encima del carrito como pudo, dice que menos mal que pesaba poco.

Bien y donde esta?

Fred no lo sé, tenemos que seguir indagando.

¿Y eso es todo? ¿Quieres decir que no sabemos dónde está? ¿Qué estamos igual que antes?

Bueno, no exactamente, sabemos que ha llegado.

Fred lo interrumpió. ¿Seguro que sabes que ha llegado? ¿Cómo ha llegado? ¿Quién lo ha remitido? ¿Cuándo ha llegado? ¿Quién lo ha retirado? Cierto que sabemos algo más que confirma lo que ya pensaba. Estamos perdidos.

Bueno parece que lo entregaron en la Sección de Compras.

¿En la Sección de Compras?. Bueno, vale no me quiero enfadar, si averiguas algo más me dices. Fred colgó contrariado, reprimiendo su disgusto, esperaba una solución completa y veía que esto se complicaba.

Volvió a coger el teléfono y dijo a Catherine, ponme con Bob Michael. Antes de que ella dijera OK ya había salido del despacho diciendo, déjalo, déjalo ya voy yo a ver a Bob.

Bob estaba pensando en aquel momento como podía reducir un 22% el gasto anual. Estaba ya en febrero y enero había sido ligeramente inferior al del mes anterior, pintaban bastos.

Fred entró en el despacho.

Caramba que rapidez, estaba mirando justamente las cifras de Enero y pensando que te iba a contar pero ya estás aquí, dime.

Déjate de historias, averigua que ha pasado en tu Sección de Compras con un cuadro que os entregaron en otro día.

¿Un cuadro?, perdona pero no entiendo.

Vamos a ver, todos hacéis la misma pregunta, me empiezo a poner nervioso.

Perdona, es la primera noticia que tengo, me gustaría entrar en el tema.

Vale, perdona me ofusco, este puñetero cuadro me empieza a obsesionar.

Bueno dime

Haré la historia corta, el otro día os han traído un paquete y quiero saber que habéis hecho con él, pregunta, haz lo que quieras

CAPITULO 4

Bob Michael era el responsable de la sección de Compras. Había llegado a Detroit un poco después que Fred, de hecho fue Fred quien quiso que formara parte de su equipo, le causó buena impresión cuando lo conoció en una reunión con la sección de Ventas.

El presupuesto y la plantilla de la sección de Ventas se habían reducido drásticamente y reestructurado fuertemente. Eran tiempos complicados, la salida era un despido o un traslado.

Fred le llamó para ofrecerle el puesto, Bob lo agradeció dándole las gracias y contestó lacónicamente ¿Cuándo empiezo?

Una vez más, las circunstancias del día se encargaban de cambiar todos los planes que tenía previstos en su agenda. Procedía dar prioridad absoluta a la petición de Fred, todo pasaba a la categoría de menos urgente. Eran las reglas.

Llamó a Joe Vink y en cuestión de segundos estaba al lado de su mesa.

Por favor siéntate Joe, tenemos un problema. Fred está disgustado con el extravío de un paquete, se trata de un cuadro o algo de un tamaño similar que nos entregaron hace unos días. Por favor averigua si alguien sabe algo o lo que sea y me comentas.

Mira Bob aquí no se pierde nada ni nadie se queda con nada, tú lo sabes. ¿No creerás que alguien se lo haya quedado?

En estas situaciones ya sabes que no se trata tanto de creer o no creer, eso lo estás diciendo tú. Creo que hay que ser cuidadoso, escuchar, evitar emitir juicios de valor, confiar en tu gente y en los otros equipos, pero eso no quita para que investiguemos y lleguemos al final. Por tanto, ¿puedes preguntar y decirme?

Si como no, pero ,,,,

Bob interrumpió. Pero… déjalo por favor, deja las valoraciones, es mucho mejor. Pregunta, simplemente pregunta y escucha, entérate de lo que sea y me cuentas.

Fred en su despacho seguía afectado. ¿Cómo es posible que no se encuentre el cuadro? ¿Cómo es posible?

Sin más llamó a Gordon Strong, a la sazón Director de Seguridad y le pidió el registro de entradas de los Courier.

¿Qué pasa Fred, menudo interés que tenéis con ese registro?

¿Por qué me dices eso?

Me han dicho que lo ha pedido también Charlie Miles.

Es para lo mismo, pásamelo a mí solamente y si te lo reclama dile que hable conmigo.

A sus órdenes

Menos coñas, Gordon. Ah y averigua, si puedes, todas las direcciones de los remitentes de los Courier que hemos recibido en las dos últimas semanas. ¿Cuánto tiempo te llevará?

Seguramente un par de días.

Me vale.

Bob llamó a Charlie Miles.

Hola Charlie. Fred acaba de contarme una historia de un cuadro ¿Qué sabes de esto?

Hola, parece que ahora la tormenta va para ti. Te cuento:

Se trata de un cuadro que encargó la mujer de John Austin en China y que enviaron aquí, no sé por qué. El caso es que Peter, el chico que lleva a Marilyn, dice que lo llevó a vuestra Sección y ahí se pierde el hilo.

Ah, muy interesante. ¿Qué pinta Compras en esta historia?

Lo cierto es que yo tampoco lo entiendo muy bien, quizás el hecho de que la carta pudiera proceder de China lo explicaría, recibís muchas cosas de allí, tú lo sabes.

Es así, es donde tenemos una parte de proveedores y estamos en negociaciones con otros. En cuanto a esta historia, con la información que me ha dado Fred he llamado a Joe Vink para contarle el caso y pedirle que investigue.

En mi caso el encargo se lo he pasado a Amy.

Muy bien, a ver si entre todos podemos solucionar el tema. Si te parece espero a ver que me cuenta Joe y después hablo contigo. Fred por una parte pide información on-line pero por otra se encrespa con lo que le cuentas, sólo le vale la solución, así que es mejor hacerle esperar algo antes que entrar en esa espiral de información a cuentagotas y exabruptos.

Estoy totalmente de acuerdo, espero a que me digas.

A la media hora Joe Vinck estaba en el despacho de Bob diciendo que lo había hablado con su gente y que nadie sabía nada del paquete. Ellos reciben todos los días planos, almanaques y cosas parecidas, pero nunca se quedan con nada aunque sean reclamos publicitarios.

Vaya, eso ya lo sé, lo que faltaba, exclamó Bob. Por favor sigue investigando.

El caso entraba en un punto muerto, llamó a Charlie.

Oye Charlie, me dicen que reciben paquetes todos los días pero que sobre ese en concreto dicen que no saben nada, ni afirman ni niegan que haya pasado por ellos, se encierran en el argumento de que no se quedan con nada. Eso ya lo sé, ni ellos ni nadie, no ven que el problema es otro. El argumento del “yo no he sido” que busquen en otro sitio, no nos vale a nosotros. ¿Qué te parece si hablamos con Amy, Nora, Peter y Joel?

Por mí adelante, ¿Cuándo quieres?

En media hora.

Muy bien, nos vemos en media hora.

Capitulo 5


Bob recibió a Charlie, Amy, Nora, Peter y Joel. Seré breve, primero deciros que sólo me interesa resolver el problema del paquete, el cuadro o lo que sea, y evitar sobre todo que la precipitación nos lleve a conclusiones equivocadas. Ahora simplemente me gustaría reconstruir con vosotros el circuito y lo que ha pasado, a ver si logramos ir paso a paso.

Bob era un hombre práctico e independiente que siempre buscaba soluciones por encima de los intereses personales, eso a veces era bueno y efectivo pero otras incomodaba a Fred que se sentía halagado si le consultaban y contrariado si ocurría algo sobre lo que él no tenía conocimiento, quería ser siempre la persona más y mejor informada, controlar todo.

Amy abrió el turno de intervenciones describiendo perfectamente el circuito:

Los Courier llegan a Seguridad, los retiran, escanean, los dejan hasta que los recogemos, luego los distribuimos internamente y cada Sección se queda con lo que les corresponde.

Entonces ¿Podemos decir que la tabla llegó, se retiró, se distribuyó y desapareció? Algo parece seguro, llegó. Ahora tenemos que ver donde pudo desaparecer.

Nora presentó a Peter que recordaba el paquete porque no encajaba en la carretilla, tuvo que llevarlo aparte, se acordaba perfectamente.

Todos miraron a Joe, su departamento era donde acababa el hilo.

Nosotros no nos hemos quedado con nada, ni recordamos ese paquete en concreto.

Se produjo un silencio mientras que en el ambiente se respiraba una atmosfera de desconcierto y recelo.

Bob escuchaba y la cabeza le bullía a una velocidad de vértigo, no le encajaba que alguien se hubiera quedado con aquel paquete, lo descartaba.. Por otra parte sabía que esa  situación era de las que el guión contempla asignar “culpables”. Eso le incomodaba porque creía lo que decían y porque continuar indagando con ellos le parecía incomodo, decidió finalizar la reunión al ver que era absurdo que se sintieran puestas en tela de juicio las personas que estaban alrededor de la mesa. Ese era un camino a ninguna parte.

Gracias a todos, gracias. Por favor Charlie, puedes quedarte un momento conmigo.

Si, como no.

Se quedaron a solas, Bob le pidió que se pusiera en contacto con los Courier habituales para averiguar que paquetes habían entregado en el Gran Bulevar y las direcciones de  los remitentes.

Cuando las tengamos veremos las que no son Empresas habituales y tal vez podamos averiguar quién es el remitente, a ver si lo podemos hacer antes de que Fred lo sepa por John o por otros medios, seguro que lleva una investigación paralela..

Charlie sonrió. Es así. Siempre encarga lo mismo a dos o tres y además el también lleva la suya propia.

Totalmente de acuerdo, investigo los remitentes y en cuanto los tenga los vemos juntos.

¿Sabes? Hay una cosa que me intriga, ¿Por qué quería ese cuadro la mujer de John Austin? ¿Por qué llama ahora John a Fred y no antes?

Hagamos también por rebajar el recelo que se nota en el ambiente, ahora Marilyn se ve de otra manera, se percibe como casi como una fuente de problemas potenciales para todos y eso no puede ser.

Así es, bueno hasta luego.

En efecto era como había dicho Bob. Marilyn había pasado desapercibida hasta aquel momento, ahora los iniciados en el caso sabían que ese objeto inanimado había cobrado vida, que llevaba en su corazón inerte la capacidad de cambiar los sentimientos entre los habitantes de la Oficina. Había que intentar que ese temor no se extendiera como una mancha de aceite, evitar que se tomara una postura defensiva ante cualquier leve riesgo. La carretilla empezaba a considerarse una fuente de contagio de un virus denominado desconfianza.

Se cerraba un día en la Oficina de Detroit, Catherine, Fred, Charlie, Amy, Nora, Peter, Bob, Joel y Gordon, todos soñarían esa noche con el misterio de Marilyn.

John apagaba la luz de su despacho y mientras caminaba hacia su coche miró al reloj y se dijo, otra vez tarde, a ver si llega el cuadro para San Valentín.

Capitulo 6

Susan estaba sentada en un sillón, leía Tombuctú de Paul Auster. Se quitó las gafas de cerca, cerró el libro y miró el reloj, habían pasado las nueve.

Un día más estaba esperando a John que le contaría algún suceso de su día, la entropía  de la Compañía y finalmente, cuando se cansara de hablar, cerraría con el mismo epílogo de todos los días “busca algún hobby mientras decides si trabajas o no?

Había pasado casi un año desde que dejó su trabajo de profesora en la Universidad Stella de New York, allí disfrutaba sobre todo de los debates fuera de los cursos de postgraduado, los estudiantes eran de distintas procedencias y siempre era interesante conocer puntos de vista distintos.

Su descubrimiento de la multiculturalidad consistió en comprobar que en todas las razas se repiten los mismos caracteres simpáticos, introvertidos, egoístas, trepas, humildes, aplicados, relajados, serios, divertidos. En Stella podía comprobar in situ que carácter no es sinónimo de raza, sino algo inherente a la condición humana. Se sentía muy cómoda e identificada con el equipo, de hecho el Decano en su despedida le dijo que esperaba que fuera un hasta luego y que mientras él estuviera allí, tendría un puesto en el Departamento de Finanzas y Contabilidad.

Chicago era una metrópoli, ofrecía las posibilidades que un americano podía desear, espectáculos, diversión, cultura, compras, etc. Podría dar clases si quisiera, pero añoraba las “suyas”, las que había dejado, sus alumnos. Cuando se mudaron a Chicago sus hijos hicieron el viaje hasta allí y decidieron continuar cada uno su camino, Elya seguir sus estudios de arte en Francia e Italia y Peter probar suerte en California, allí en el Valle del Silicio, su tierra prometida.

John dejó el coche en el garaje, entró en la casa, dijo hola buenas noches, besó en la mejilla a Susan y subió al piso de arriba a cambiarse y ponerse una ropa de estar por casa.

Era hora de cenar. Susan tenía la mesa lista, en la encimera estaba preparada la comida, ensalada, pollo asado, un pastel de manzana. Sentía que cada día era repetir lo mismo, cambiar todo para dejarlo igual, rutina, rutina, rutina, haciendo cosas sin dar cabida al pensamiento la imaginación, sentía que ella misma formaba parte de ese concepto.

¿Cómo te ha ido el día?

Agridulce, acabamos de terminar el año, estamos en Enero y ya vuelven a la carga. Tenemos que volver a mejorar los ratios, buscar la excelencia y todas esas cosas que conoces, mejorar el coste de producción de cada unidad, los años de garantía, el cliente, el precio,, en fin,, ¿no sé si se me queda algo en el tintero?

Ratios, Ratios, la cuestión es que cuando hablamos de ellos olvidamos que nadie mide igual ni el denominador ni el numerador y por tanto siempre enfrentamos números que no son comparables, ese es el reto de la Regulación la búsqueda de una fórmula mágica que haga que recogiendo unos datos perfectamente equiparables compare y muestre unos resultados como haría una máquina de análisis de sangre.

Ese razonamiento le gustó a John, pero no dijo nada, cogió una cerveza del frigorífico, puso la ensalada sobre la mesa y se sentó.

Susan lo observaba callada. Cogió el pollo, lo puso a calentar en el horno, abrió el frigorífico y cogió otra cerveza, luego abrió una lata de pistachos y dijo a John ¿Quieres?.

El se sintió tocado, acababa de recibir un mensaje, le apetecía comer un pistacho pero dijo no gracias, para de alguna forma redimirse del hecho de no haberle ofrecido una cerveza a ella.

Sonó la campana que indicaba que el pollo estaba listo. Susan abrió el horno, lo cogió con un guante aislante y lo puso sobre un salvamanteles encima de la mesa.

La cena fue rápida, recogieron la mesa y pronto estaba la televisión encendida. El cogió el mando, zapeó para ver las noticias y los resultados de la NBA, luego se fue a dormir.

Ella se quedó leyendo su libro y puso una fecha para volver a New York, primero hablaría con Jason Morris, hacia más de tres meses que no hablaba con él, había ido dejar pasar el tiempo y todavía no era tarde, cogió el teléfono y marcó su número.

Dígame

Hola Jason, soy Susan. ¿Cómo estás tú y la familia?

Qué alegría Susan, estaba pensando en llamarte, hoy mismo te he echado de menos especialmente.

¿Por qué?

Se va Mary Brown a Europa y tengo que cubrir su puesto. Había pensado en contártelo y preguntarte si conoces a alguien para incorporar en la lista de candidatos que tendría que presentar al Consejo.

Ah, sí que tengo una candidata, su nombre es Susan Springsteen

No me lo puedo creer.

¿Te vendrías?

Si tengo una oferta firme si,

La tienes, el trámite formal contigo no es necesario porque todavía no hace un año que te marchaste, y además volverías con una subida del 10%.

Dalo por hecho. ¿Cuándo sería la fecha de incorporación?

El 14 de Febrero

Pero si es viernes,

Por eso, justamente por eso, porque tendrías que empezar el día 17 con tu primera clase y necesitarías ver todo el programa, etc.,, Si quieres te lo puedo anticipar, hoy es día cuatro y tienes diez días para ir trabajándolo, todo viene justo.

De acuerdo, envíamelo ya, allí estaré el día catorce.

Bueno, no hemos hablado de nada más, cuéntame cómo estás, como te va.

Jason, bien estoy bien, siendo sincera te llamaba para ver como estabas y de camino preguntarte hasta cuando seguiría en pie tu oferta, y justo ha sido al revés, eres tú quien abre esa posibilidad.

Era seis de febrero, el tiempo seguía frio, en el desayuno Susan diría a John que volvía a New York, que tenía una oferta que no podía rechazar, un 10% de subida y algo más,
Capitulo 7

Fred, Charlie, Bob, Amy, Joe, Gordon y los demás habían soñado con el cuadro.

Charlie averiguó que el paquete había llegado el 24 de Enero, coincidía la procedencia Dafen, y las dimensiones eran algo más pequeñas de lo que se esperaba porque no llegaban a un metro de lado. Fue el viernes pasado y por tanto debió entregarse en la última ronda de Marilyn, justo a la hora en la que todo el mundo quiere irse a disfrutar del fin de semana y pospone al lunes lo que tiene entre manos.
Fred cuando encendió el ordenador ya tenía un correo de Gordon que confirmaba que recibieron el viernes pasado un paquete procedente de Dafen.
Amy, Joe y Bob se habían encontrado en la habitación del café y coincidían en que había algo que se les escapaba, que no encajaba. La sospecha de que alguien pudiera haberla sustraído la descartaban totalmente. Se despidieron y volvieron a sus puestos dándole vueltas al asunto.
Charlie llamó a Bob para comentarle sus averiguaciones, éste le dio las gracias y pensó para sí que la pelota estaba en su terreno. Por favor ¿me podrías dar la dirección completa del remitente?
Sí claro que si, toma nota.
Taller de la Sonrisa –Distrito de la luna llena – Dafen
Muchas gracias Charlie, voy a seguir el hilo, seguiremos en contacto.
Bob llamó a Charlie y le dijo:
Ahora es tiempo de actuar y luego de hacer preguntas. Por favor averigua el teléfono del Taller de la Sonrisa en Dafen, pide precios y plazos de entrega para un cuadro de lilas de Van Gogh cuya copia sea de las más novedosas, lo quiero lo antes posible. Ahora serán allí sobre las cinco de la tarde, vamos date prisa y me cuentas.
Fred se cruzó con Charlie en el pasillo, hombre te buscaba sonrió Fred echando el brazo por el hombro a Charlie.
Yo también a ti
¿No me digas que has averiguado que llegó el cuadro el viernes pasado?
Pues sí, te iba a decir eso. ¿Cómo lo sabes Fred?
Uno que tiene informadores.
¿Se lo has dicho a Bob?
Sí, ya se lo he dicho.
Y ?
Me ha dado las gracias por la información. ¿Quieres algo más de mí?
Por ahora no.
Bob sabía que Fred llegaría en cualquier momento a preguntar cómo iban las averiguaciones y el no tenía nada, quería jugar la carta de la llamada a China, pero necesitaba ganar tiempo. Se puso la chaqueta y se fue al Área Financiera que se encontraba localizada en un edificio anexo. Con suerte no me encuentro con Fred.
Fred llegó al sitio de Bob y no lo encontró. ¿Dónde diablos se ha metido? Otra vez que le busco y no está, siempre me hace lo mismo, siempre me hace lo mismo. Preguntó a los compañeros que estaban a su lado que le contestaron que no sabían, no les había dicho nada, simplemente que se había puesto la chaqueta y se había ido.
Localiza a Fred, ¿Has oído Catherine?
Si, jefe, si jefe, parece que hoy has comido tigre.
Joe logró contactar con el Taller de la Sonrisa, le había atendido May Li que en pocos minutos le había enviado un fax con el detalle de los cuadros, medidas, características, precios y fecha de entrega aproximada. Fue a ver a Bob, pero estaba desaparecido, decidió esperar.
Mientras tanto Bob tomaba café con Frank, jefe de contabilidad.
Frank ¿Cuánto tiempo tardaría en hacer un pago a China?
Depende, si es a nuestra Sucursal haríamos una transferencia interna sin tener que acudir a ningún Banco.
¿Y si es un proveedor externo?
Eso es más complicado, habría que homologarlo, etc.,,, llevaría tiempo.
¿Y si es un pago esporádico para comprar un regalo por ejemplo?
No sé decirte, lo de los chinos es complejo, dependería si quieren recibir Dólares, Yuanes, pero bueno supongo que no tardaría más de dos o tres día en tener el dinero el beneficiario.
Muy bien. ¿Me dejas que llame desde tu teléfono?
Claro que sí.
Joe soy Bob
Hola Bob, te estaba buscando, lo tengo, lo tengo.
OK, entonces voy para allá ahora mismo.
Voy para tu sitio.
No, mejor espérame en la puerta de la entrada, estoy en la sección de Finanzas
Perfecto. ¿Te llevo el fax?
Sí, llévalo.
Muchas gracias Frank, una vez más me has ayudado.
Tú, siempre con tus líos. Ya me contarás.
Si, ya te contaré. Espero salir bien de esta.
Joe estaba esperando en la puerta cuando llegó Bob.
Cuéntame,
Mira aquí tengo el fax, el Van Gogh de lilas más reciente es este, con el envío sale por 50 Dólares.
¿Plazo de entrega?
Cuatro días.
Con suerte lo tendríamos aquí el día doce. Pídelo ya, pídelo ya,,,
Pero hay que pagarlo.
De eso venía, me ha dicho Frank que la transferencia tardaría tres o cuatro días.
Si contamos estos días más los que tardaría en llegar nos vamos a la semana del 15 al 21 y eso ya es tarde.
¿Por qué?
Porque estoy seguro de que el cuadro tiene algo que ver con estas fechas, seguro que John quiere entregárselo a su mujer para San Valentín.
Vaya, en eso no había caído pero tiene todo el sentido.
Bueno, déjame el fax, seguro que Fred me está buscando y me querrá estrangular
Ja ja ja, es verdad, es verdad, te está buscando.


Capitulo 8

Fred creo que me estabas buscando.
Hombre pasa, pasa, ¿Qué tal el puesto de jefe de la sección de compras?
Bien, tiene su aquel.
¿Dónde te metes?
Estoy de detective.
Fred estaba enfadado y esa ironía lo puso en el disparadero. Vamos a ver, no me toques las narices, vamos que ya tengo bastante.
Te diré lo que ha pasado. Charlie me ha informado esta mañana que el cuadro llegó el viernes pasado y lo siguiente ya te lo digo yo, ha desaparecido en mi sección. Seguiré investigando pero estoy seguro que no se lo ha quedado nadie. En cuanto a una posible solución, te traigo una propuesta.
¡Para!, !Para!, ¡Para!. ¿Qué no habéis encontrado el cuadro?
Así es, no tiene vuelta de hoja, tuve una reunión con las personas que han estado en contacto o cerca de él y todos coinciden en que saben algo, que lo han visto, pero que desconocen su paradero. Parece que todo induce a pensar que el viernes pasado llegó a última hora, lo dejaron sobre la mesa con el resto de cartas y paquetes y hasta ahí se sabe.
Fred se quedó pensativo.
Hemos llamado a la Galería de Dafen y le hemos pedido el catalogo de cuadros, precios y fecha de entrega, aquí lo tengo.
Déjame verlo, déjame verlo.
Este es el cuadro del que hablamos, señalando el dibujo en blanco y negro que mostraba el fax
¿Quieres decir que esto no llega a 50 Dólares y que lo tendríamos en cuatro o cinco días?
Sí, hay un pequeño inconveniente, es como pagarlo. He hablado con Frank y me dice que una transferencia llegaría en 3 o 4 días.
No hombre no, eso es muy tarde, pídelo ya y di a Catherine que se encargue de pagarlo con mi tarjeta.
OK. Lo muevo ahora mismo.
Sí, ahora mismo y tenme informado, no te escabullas, tengo que decir algo a John hoy mismo, ¿lo entiendes?

Sí, creo que sí.

Bob pidió los detalles de la tarjeta a Catherine y se fue a ver a Joe.

Joe habla con la Galería y pregúntale si admiten tarjetas de crédito y si te dicen que sí aquí tienes los datos de la de Fred, dáselos y que te den la fecha de entrega.

Ahora mismo.

Catherine ponme con John

Voy volando, jolín y a ver si alegras esa cara.
Fred tu llamada
Hola John te llamaba a propósito del cuadro, tengo una buena noticia y otra mala. ¿Cuál quieres la primera?

Dame la buena.

Que tengo el cuadro localizado

Bien, dame la segunda

Que no te lo puedo dar ahora, ¿para cuándo lo necesitas?
Como muy tarde para el día 12.
Lo tendrás para esa fecha. ¿Todo va bien?

Si, además ahora iré algo más por Detroit y te veré con más frecuencia.

No sabes lo que me alegra, si ya me fríes desde Chicago, ni te cuento si vienes más por aquí.
Ja, ja, ja, se escuchó la carcajada de John,
Susan vuelve a New York, ha tenido una oferta importante de la Universidad y nos veremos los fines de semana y las vacaciones.
¿Ah pero eso no es así ahora?. Eso es lo que me dice a mí mi mujer, mímala.
Si, no te falta razón, esto nos absorbe demasiado.
Bueno, entonces te llamo la semana que viene, ¿te parece bien el miércoles?
Perfecto. Pero, dime. ¿Ordeno pagar los 350 Dólares que dejé pendientes?
Naturalmente, ellos han cumplido

¿Y si no me llega el cuadro?
Ya te he dicho que lo tenemos ¿no?
OK, hasta el miércoles.
Catherine di a Bob que venga a verme.
Joe había hablado con May Li y llegado al acuerdo de que el cuadro saldría al día siguiente de Dafen y que el cargo en la tarjeta se hacía inmediatamente. La fecha prevista de llegada sería el martes.
Bob respiró, había salvado el primer round, quedaban dos más, la entrega a John y averiguar el paradero del primer envío. Llamó a Charlie para ponerlo al corriente y que estuviera sobre aviso para comprobar que llegaba el martes y que una vez en su poder había que ponerlo en conocimiento de Fred.
Dime Fred
Bob no podemos fallar. ¿Lo has oído?
Espero que no, está todo hablado con el comerciante, es formal y seguro que cumplirá.
Más vale que esperes menos y que lo hagas. Céntrate en el caso, síguelo personalmente y mantenme informado.
A propósito. ¿Sabes cuánto va a pagar John por el cuadro?
No, no sé el precio que va a pagar, pero he deducido de la explicación de May Li que el primer ejemplar que copian es el más caro, o sea que John ha pagado, sin saberlo, el prototipo, pero no sé, desde luego más de 50 Dólares.
¿No nos irán a dar gato por liebre? No creo que John sea tan torpe, aunque la que realmente sabe de número es Susan, por eso la han vuelto a fichar en la Universidad. Va a pagar 500 Dólares.
Ah, tampoco me parece tan disparatado, si son unos artistas los que hay detrás.
Bueno, nosotros a lo nuestro. Ya me vas contando.
Si, Jefe. Hasta Luego.
Capitulo 9
Susan se sintió atraída por la magia de la sonrisa, así era como se llamaba la Galería de Arte “El Taller de la Sonrisa”. Esa circunstancia determinó que el encargo se hiciera allí, sin visitar más sitios.
Las decisiones, a menudo, llegan por circunstancias imprevistas, en este caso fueron sueños detrás de palabras. El significado de los lirios malvas era, según había leído “Tus ojos me enloquecen. Deseo de seducir a la persona amada”. Allí estuvieron presentes la evocación de lo que significa una sonrisa y lo que le hubiera gustado recibir de su pareja, algo distinto a un regalo de San Valentín en forma de mudanza a Chicago.
Sabía que él la quería, que era amable, que se preocupaba por ella aunque viviera demasiado centrado en el trabajo, pero al mismo tiempo había luchado para que su vida fuera algo más que un eterno dejar las cosas igual que empezaron ayer, camas hechas, lavadora puesta, platos limpios, cocina, compra, y todos los días igual, tal y como habían hecho generaciones anteriores de mujeres que de forma infatigable habían dado pasos hacia su emancipación. En cierta medida sentía que traicionaba ese legado y a sí misma. Su trabajo no podía ser en vano. ¿Tenía sentido volver a un rol de ama de casa ahora que bajo el mismo techo quedaban sólo John y ella?
Mai Li se encargó de decir a los pintores del taller que apresuraran la copia de los lirios, que ese cuadro se había convertido en el favorito de los americanos. Ellos sonrieron, igual que unos minutos lo había hecho Lee Sung Ming, el dueño de la galería. Señalaron varias copias que ya habían acabado, porque ellos también se habían sentido atraídos por esos lirios enigmáticos y sensuales. Ella miró las copias y captó esa magia que unió al gesto de Lee que sabía interpretar los gustos de los demás. Estos americanos, no son tan primitivos, pensó para sus adentros y la sonrisa de Lee es el seguro de este negocio, me gusta estar con él.
El cuadro ya estaba listo para ser enviado pero esta vez era otra dirección. Joe sabía que cualquier sospecha iba a ser para él y su equipo, así que en esta ocasión en la dirección del pedido indicó su domicilio y advirtió a su mujer de que bajo ningún concepto se moviera de su casa el martes.
John pidió a su secretaria que realizara el pago a la Galería y reservara un billete de avión para New York con salida el doce de febrero a nombre de Susan.
Susan estuvo preparando las maletas el fin de semana y John le estuvo ayudando.
¿Quieres que te acompañe?
Prefiero que vengas a verme el 28, 1 y 2 de marzo, así me habrá dado tiempo a adaptarme al trabajo y a reorganizar la casa.
El lunes y martes fueron días de espera, John, Fred, Bob, Charlie, esperaban con ansiedad y la mañana del miércoles, el cuadro no había llegado.
Fred había estado preguntando desde primera hora, pero no había noticias,
A las dos de la tarde Joe Vink avisó a Bob, mi mujer acaba de retirar el cuadro, viene de camino para acá.
Se corrió la voz, Bob avisó a Charlie que se sorprendió, ¿Pero cómo es eso?
Charlie, no sabía que Joe iba a hacer eso, pero qué más da, démoslo por bueno, ya hablaremos con él, a mí tampoco me gusta jugar a eso, tendremos que oír su versión.
Joe fue al encuentro de Mila, su esposa, recogió el cuadro y a su vuelta se tropezó con Bob que iba a ver a Fred, se unieron y fueron juntos, eran las dos y media de la tarde y allí estaba el cuadro, perfectamente embalado.
Catherine por favor ponme con John.
Ahora mismo,
Fred, me dice la secretaria de John que ha salido que no está en el despacho.
Ponme con ella.
Ahora mismo
Hola soy Fred ¿Dónde está John?
Acompañando a Susan al aeropuerto
¿Hay manera de localizarlo?
Volveré en un rato
Por favor dile que me devuelva la llamada en cuanto llegue.
Fred si es por el cuadro, me ha dicho que te llamará a su vuelta.
Muy bien, espero la llamada.
Bob y Joe intercambiaban miradas mientras escuchaban la conversación.
¿A vosotros que os ha pasado?
Nada Fred, nada. Estábamos pensando que hacer con el cuadro, pero creo que lo tengo claro, esperar hasta que diga algo John.
Brillante,,, Parecéis de Compras,,,, exclamó Fred.
Cada uno volvió a su lugar y el cuadro fue entregado a Charlie que se encargaría de hacerlo seguir donde se decidiera.
Una sensación de relax se apoderó de todos, habían cumplido, la primera parte estaba resuelta.
John llamó a las cuatro y media.
Hola Fred. ¿Cómo estás?
¿Bien, y tú?
Acabo de volver de acompañar a Susan al aeropuerto, acaba de despegar para New York, pasado mañana se incorpora al trabajo. A propósito ¿Ha llegado el cuadro?
Sí, te llamaba para decírtelo, hemos cumplido.
Bien, muy bien, te lo agradezco.
¿Y ahora que quieres que hagamos con él?
Envíalo a mi casa de New York para que llegue el viernes por la tarde a partir de las cinco, a esa hora ya habrá llegado Susan.
Perfecto, así lo hacemos
Charlie por favor asegura que el cuadro llega a la casa de John en New York entre las cinco y las seis de la tarde del viernes. ¿Entendido?
Descuida, estará en el sitio y en la hora convenida.
Capitulo 10

Un año había sido un suspiro, volvía a New York, nada más bajar del avión le era todo familiar, los pasillos, la cinta de los equipajes, la espera, esa maleta que parece que hubiera estado esperando siempre, las ganas de salir de la terminal y estar a bordo de un taxi.

El paisaje pasaba deprisa por la ventanilla y en un momento estaba frente a su casa. Abrió la puerta, la encontró tal y como esperaba, Mary Brown se había encargado de arreglar todo con Emily para que una empresa de limpieza la pusiera a punto. Emily, su vecina, la estaba esperando.

Qué alegría Susan, que alegría de verte. ¿Cómo estás?

Diferente, y transformada, ya sabes que empiezo otra etapa de mi vida. John con su trabajo, mis hijos cada uno con su tema y yo en mi búsqueda permanente.

Eso nos pasa a todas, eres una más, no te creas tan original.

Se rieron y se dieron un abrazo.

Vamos a ver si todavía queda alguna botella del coñac favorito de John y saboreamos lentamente una copa y nos contamos cosas.

Las viejas amigas, cómplices, gozaron de los vapores de la bebida y de la alegría del reencuentro animando la conversación con risas a medida que el coñac iba haciendo efecto, finalmente se despidieron pasadas las ocho y media,

Susan se encontró el frigorífico bien equipado de leche, huevos, yogures, fruta, queso, jamón de york, sándwiches y fuera en los estantes latas de supervivencia, paquetes de galletas, pan tostado,,,, diríase que eran provisiones para una semana y no había querido abrir todavía el arcón congelador.

Llamó a John.

Hola, ¿Cómo estás?

He llegado hace un rato, ¿y tú?

El viaje un poco cansado, pero bien. Siento que la vida es un cuento y que el interés fundamental de vivirla es que nunca se conoce su desenlace.

Estás filosófica. ¿Qué vas a hacer mañana?

Antes esta noche. Acabar de leer todo lo que me ha enviado Jason, intentar dormir, acercarme mañana a Stella, conocer los cambios que ha podido haber y dejar todo listo para el viernes.

Muy bien, a propósito del viernes, he dicho a Fred que te envíen el cuadro que encargaste en Dafen para que llegue a casa a partir de las cinco. Supongo que te viene bien.

Perfectamente, bien pensado.

Si, llegará en San Valentín

Cierto, cierto, etapa nueva, cuadro nuevo.

Hasta mañana,

Hasta mañana, un beso..

Se acostó tarde después de subrayar los temas básicos y preparar la documentación para el día siguiente y el viernes.

El sueño de esa noche fue galopante, por su cabeza pasaron la muralla China, las pirámides de Egipto, Manhattan, el Louvre, la Tate Gallery, El Prado, Venecia y sus letras de cambio,,,, desiertos y oasis, mares y playas, el Caribe y las Islas Griegas y antes de que se quisiera dar cuenta, estaba ya en el metro camino de la Universidad.

El día fue de reencuentros, el paso del tiempo le devolvía la sensación de que aunque todos eran conocidos, casi todo le era desconocido.

Jason parecía el mismo, como si nada hubiera cambiado, se le notaba más viejo pero a la vez más firme, transmitiendo esa seguridad y confianza que llevaba consigo. Le dio un abrazo y le dijo:

Susan, cuanto me alegra de que hayas vuelto, ahora será distinto, en la vida de todos hay un momento en que uno se da cuenta que el rumbo a seguir es el que le dicta su propia intuición, no sé cómo llamarlo corazón, instinto, no sé, no sé, es un sentimiento de otoño vital, donde caen las hojas y queda el tronco y las ramas al desnudo, la primavera es efímera. Olvida recuperar las hojas perdidas, lo que queda siempre es el árbol austero, desnudo, sin hojas que lo oculten.

En casa volvió a telefonear a John por la noche.

Mañana viene la nueva promoción, es emocionante. Jason me habla de otoño cuando viene la primavera.

Ese  Jason siempre ha sido un poco lunático

Si, es así, es un genio encantador, puede decir las cosas más amargas sonriendo, sonríe siempre como los chinos.

La vida es dura y me parece que hay que tomársela más en serio.

Susan se quedó en silencio.

Bueno hasta mañana John, cuídate.

Tú también, mañana te llegará el cuadro.

CAPITULO 11

La nueva promoción tenía un porcentaje de estudiantes orientales muy elevado, casi la mitad de ellos. Sonreían, saludaban, tenían un inglés sorprendente y en la fiesta de bienvenida se acercó uno de ellos a Susan.

Señora Springsteen, tengo el gusto de hacerle entrega de un pequeño regalo en nombre de los estudiantes chinos, me gustaría que lo aceptara, es un presente para todas las profesoras.

Por supuesto que lo acepto, muchas gracias.

Susan miró el reloj, eran las tres y media y tenía que volver a casa, para estar a tiempo de recibir el envío, fue despidiéndose de sus conocidos y cuando llegó a Jason este le dijo, ¿tienes prisa?

Bueno un poco, John me ha enviado un cuadro y tengo que estar en casa sobre las cinco,
Date prisa entonces, te espera tu regalo,

El camino de vuelta se complicó, el bolso, el cuadro, la precipitación, miraba el reloj de cada estación y cada vez que lo miraba hacía cálculos, por un momento llego a agobiarse, pero finalmente llegaba a su casa a las cinco en punto.

Abrió la puerta, tiró el bolso y el cuadro sobre el sofá y se echó en un sillón… después se quitó los zapatos y se puso unas zapatillas, eran las cinco y cuarto.

Mientras esperaba comenzó a abrir el cuadro que le habían regalado los estudiantes chinos, lo iba desembalando con cuidado y finalmente se encontró con una sorpresa, era justo lo que ella había querido encargar, los mismos lirios que imaginaba, esas tonalidades que combinan azul, verde y morado,,, fantásticos, no podía ser más parecido a lo que ella buscaba.  En el reverso de la lámina un sello en chino y en inglés que decía “El taller de la sonrisa”.

Susan no salía de su asombro cuando sonó el timbre.

Buenas tardes traemos un paquete para Susan Springsteen

Soy yo,

¿Me lo puede retirar?

Sí, claro.

Firmo y entregó cinco dólares de propina al mensajero.

Lentamente fue retirando el papel de burbujas, los plásticos, las cintas adhesivas y pronto notó que venía enmarcado, Finalmente lo miró y se quedó petrificada, era exactamente igual que el anterior.

Coincidencias de la vida dos cuadros por caminos distintos para un mismo corazón.

Seguía sumida en la sorpresa cuando llamó John

Hola Susan

Hola John

¿Te ha llegado el regalo de San Valentín?

Sí, puntual como decías, perfecto.

¿Te gusta?

 Sí, los lirios son perfectos, lo que esperaba.

Me alegro, lo celebraremos el fin de semana del 28.

Si, te espero.

Un beso,

Un beso

Y Susan puso los dos cuadros enfrente de ella, los miró y fue incapaz de diferenciar uno de otro aunque hubieran sido pintados los dos en el Taller de la Sonrisa,

Una mueca de asombro y tranquilidad le iluminó la cara y recordó lo que había leído:

Lirios blancos.- Corazón tierno, te quiero y confío en ti.

Lirios azules.- Amor tierno. Significan buenas noticias.

Lirios amarillos.- Amarte me hace feliz.

Lirios malvas.- Tus ojos me enloquecen. Deseo de seducir a la persona amada.

Lirios rojos.- Amor ardiente.

Lirios naranjas.- Ardo de amor por ti.

Lirios que hoy habían alegrado su día. Esa noche soñó con ellos sin haber podido distinguir su color.

Se sintió única e irrepetible, el hada del cuento,

EPILOGO

Fred entró en el despacho de Bob, la primavera ya había llegado, todavía había luz del día, sólo quedaban ellos dos en aquella planta.

He descubierto lo que pasó con el cuadro original.

¿De verdad? ¿Cuenta?

He pasado al lado de donde está tu equipo que recibe la documentación y he visto a la limpiadora. Se me ha ocurrido preguntarle si se acordaba de haber visto algo algún paquete con el tamaño de un cuadro hace unas semanas. Me ha dicho que SI.

¿Y qué más?

Que somos muy desordenados, que siempre está quitando cosas de en medio y que no para de tirar cosas.

¿Quieres decir que tiró el cuadro?

SI, no sin antes intentar doblarlo por la mitad para que pudiera entrar en su carro. Sepa Dios donde andará.

Bob recordó el nombre del Taller, ¿Sabes que el taller donde se pintó se llama el taller de la sonrisa?

No me digas, vaya coincidencia y riendose añadió, ahora que teneis confianza con ellos pregúntales si nos pueden ayudar a hacer un plan para ordenar y evitar que se dejen cosas abandonadas en el suelo, por encima de las mesas o en cualquier sitio. ¿Para que están los armarios? ¿Si no son para eso para que los queremos? ¿Habrán encontrado ellos un solución para esto?

Si Fred, llevas razón.

Es una historia que hemos conseguido cerrar, de las que no se aprenden en los master. Vámonos que es tarde. 

Bob sonrió, recogió todo lo que habitualmente dejaba disperso por su despacho y lo guardó en un armario.

Ellos sabían que se había desvelado el secreto de Marilyn, pero desconocian que comenzaba el de Susan.