Fred creo que me estabas buscando.
Hombre pasa, pasa, ¿Qué tal el puesto de jefe de la sección de compras?
Bien, tiene su aquel.
¿Dónde te metes?
Estoy de detective.
Fred estaba enfadado y esa ironía lo puso en el disparadero. Vamos a ver, no me toques las narices, vamos que ya tengo bastante.
Te diré lo que ha pasado. Charlie me ha informado esta mañana que el cuadro llegó el viernes pasado y lo siguiente ya te lo digo yo, ha desaparecido en mi sección. Seguiré investigando pero estoy seguro que no se lo ha quedado nadie. En cuanto a una posible solución, te traigo una propuesta.
¡Para!, !Para!, ¡Para!. ¿Qué no habéis encontrado el cuadro?
Así es, no tiene vuelta de hoja, tuve una reunión con las personas que han estado en contacto o cerca de él y todos coinciden en que saben algo, que lo han visto, pero que desconocen su paradero. Parece que todo induce a pensar que el viernes pasado llegó a última hora, lo dejaron sobre la mesa con el resto de cartas y paquetes y hasta ahí se sabe.
Fred se quedó pensativo.
Hemos llamado a la Galería de Dafen y le hemos pedido el catalogo de cuadros, precios y fecha de entrega, aquí lo tengo.
Déjame verlo, déjame verlo.
Este es el cuadro del que hablamos, señalando el dibujo en blanco y negro que mostraba el fax
¿Quieres decir que esto no llega a 50 Dólares y que lo tendríamos en cuatro o cinco días?
Sí, hay un pequeño inconveniente, es como pagarlo. He hablado con Frank y me dice que una transferencia llegaría en 3 o 4 días.
No hombre no, eso es muy tarde, pídelo ya y di a Catherine que se encargue de pagarlo con mi tarjeta.
OK. Lo muevo ahora mismo.
Sí, ahora mismo y tenme informado, no te escabullas, tengo que decir algo a John hoy mismo, ¿lo entiendes?
Sí, creo que sí.
Bob pidió los detalles de la tarjeta a Catherine y se fue a ver a Joe.
Joe habla con la Galería y pregúntale si admiten tarjetas de crédito y si te dicen que sí aquí tienes los datos de la de Fred, dáselos y que te den la fecha de entrega.
Ahora mismo.
Catherine ponme con John
Voy volando, jolín y a ver si alegras esa cara.
Fred tu llamada
Hola John te llamaba a propósito del cuadro, tengo una buena noticia y otra mala. ¿Cuál quieres la primera?
Dame la buena.
Que tengo el cuadro localizado
Bien, dame la segunda
Que no te lo puedo dar ahora, ¿para cuándo lo necesitas?
Como muy tarde para el día 12.
Lo tendrás para esa fecha. ¿Todo va bien?
Si, además ahora iré algo más por Detroit y te veré con más frecuencia.
No sabes lo que me alegra, si ya me fríes desde Chicago, ni te cuento si vienes más por aquí.
Ja, ja, ja, se escuchó la carcajada de John,
Susan vuelve a New York, ha tenido una oferta importante de la Universidad y nos veremos los fines de semana y las vacaciones.
¿Ah pero eso no es así ahora?. Eso es lo que me dice a mí mi mujer, mímala.
Si, no te falta razón, esto nos absorbe demasiado.
Bueno, entonces te llamo la semana que viene, ¿te parece bien el miércoles?
Perfecto. Pero, dime. ¿Ordeno pagar los 350 Dólares que dejé pendientes?
Naturalmente, ellos han cumplido
¿Y si no me llega el cuadro?
Ya te he dicho que lo tenemos ¿no?
OK, hasta el miércoles.
Catherine di a Bob que venga a verme.
Joe había hablado con May Li y llegado al acuerdo de que el cuadro saldría al día siguiente de Dafen y que el cargo en la tarjeta se hacía inmediatamente. La fecha prevista de llegada sería el martes.
Bob respiró, había salvado el primer round, quedaban dos más, la entrega a John y averiguar el paradero del primer envío. Llamó a Charlie para ponerlo al corriente y que estuviera sobre aviso para comprobar que llegaba el martes y que una vez en su poder había que ponerlo en conocimiento de Fred.
Dime Fred
Bob no podemos fallar. ¿Lo has oído?
Espero que no, está todo hablado con el comerciante, es formal y seguro que cumplirá.
Más vale que esperes menos y que lo hagas. Céntrate en el caso, síguelo personalmente y mantenme informado.
A propósito. ¿Sabes cuánto va a pagar John por el cuadro?
No, no sé el precio que va a pagar, pero he deducido de la explicación de May Li que el primer ejemplar que copian es el más caro, o sea que John ha pagado, sin saberlo, el prototipo, pero no sé, desde luego más de 50 Dólares.
¿No nos irán a dar gato por liebre? No creo que John sea tan torpe, aunque la que realmente sabe de número es Susan, por eso la han vuelto a fichar en la Universidad. Va a pagar 500 Dólares.
Ah, tampoco me parece tan disparatado, si son unos artistas los que hay detrás.
Bueno, nosotros a lo nuestro. Ya me vas contando.
Si, Jefe. Hasta Luego.
Capitulo 9
Susan se sintió atraída por la magia de la sonrisa, así era como se llamaba la Galería de Arte “El Taller de la Sonrisa”. Esa circunstancia determinó que el encargo se hiciera allí, sin visitar más sitios.
Las decisiones, a menudo, llegan por circunstancias imprevistas, en este caso fueron sueños detrás de palabras. El significado de los lirios malvas era, según había leído “Tus ojos me enloquecen. Deseo de seducir a la persona amada”. Allí estuvieron presentes la evocación de lo que significa una sonrisa y lo que le hubiera gustado recibir de su pareja, algo distinto a un regalo de San Valentín en forma de mudanza a Chicago.
Sabía que él la quería, que era amable, que se preocupaba por ella aunque viviera demasiado centrado en el trabajo, pero al mismo tiempo había luchado para que su vida fuera algo más que un eterno dejar las cosas igual que empezaron ayer, camas hechas, lavadora puesta, platos limpios, cocina, compra, y todos los días igual, tal y como habían hecho generaciones anteriores de mujeres que de forma infatigable habían dado pasos hacia su emancipación. En cierta medida sentía que traicionaba ese legado y a sí misma. Su trabajo no podía ser en vano. ¿Tenía sentido volver a un rol de ama de casa ahora que bajo el mismo techo quedaban sólo John y ella?
Mai Li se encargó de decir a los pintores del taller que apresuraran la copia de los lirios, que ese cuadro se había convertido en el favorito de los americanos. Ellos sonrieron, igual que unos minutos lo había hecho Lee Sung Ming, el dueño de la galería. Señalaron varias copias que ya habían acabado, porque ellos también se habían sentido atraídos por esos lirios enigmáticos y sensuales. Ella miró las copias y captó esa magia que unió al gesto de Lee que sabía interpretar los gustos de los demás. Estos americanos, no son tan primitivos, pensó para sus adentros y la sonrisa de Lee es el seguro de este negocio, me gusta estar con él.
El cuadro ya estaba listo para ser enviado pero esta vez era otra dirección. Joe sabía que cualquier sospecha iba a ser para él y su equipo, así que en esta ocasión en la dirección del pedido indicó su domicilio y advirtió a su mujer de que bajo ningún concepto se moviera de su casa el martes.
John pidió a su secretaria que realizara el pago a la Galería y reservara un billete de avión para New York con salida el doce de febrero a nombre de Susan.
Susan estuvo preparando las maletas el fin de semana y John le estuvo ayudando.
¿Quieres que te acompañe?
Prefiero que vengas a verme el 28, 1 y 2 de marzo, así me habrá dado tiempo a adaptarme al trabajo y a reorganizar la casa.
El lunes y martes fueron días de espera, John, Fred, Bob, Charlie, esperaban con ansiedad y la mañana del miércoles, el cuadro no había llegado.
Fred había estado preguntando desde primera hora, pero no había noticias,
A las dos de la tarde Joe Vink avisó a Bob, mi mujer acaba de retirar el cuadro, viene de camino para acá.
Se corrió la voz, Bob avisó a Charlie que se sorprendió, ¿Pero cómo es eso?
Charlie, no sabía que Joe iba a hacer eso, pero qué más da, démoslo por bueno, ya hablaremos con él, a mí tampoco me gusta jugar a eso, tendremos que oír su versión.
Joe fue al encuentro de Mila, su esposa, recogió el cuadro y a su vuelta se tropezó con Bob que iba a ver a Fred, se unieron y fueron juntos, eran las dos y media de la tarde y allí estaba el cuadro, perfectamente embalado.
Catherine por favor ponme con John.
Ahora mismo,
Fred, me dice la secretaria de John que ha salido que no está en el despacho.
Ponme con ella.
Ahora mismo
Hola soy Fred ¿Dónde está John?
Acompañando a Susan al aeropuerto
¿Hay manera de localizarlo?
Volveré en un rato
Por favor dile que me devuelva la llamada en cuanto llegue.
Fred si es por el cuadro, me ha dicho que te llamará a su vuelta.
Muy bien, espero la llamada.
Bob y Joe intercambiaban miradas mientras escuchaban la conversación.
¿A vosotros que os ha pasado?
Nada Fred, nada. Estábamos pensando que hacer con el cuadro, pero creo que lo tengo claro, esperar hasta que diga algo John.
Brillante,,, Parecéis de Compras,,,, exclamó Fred.
Cada uno volvió a su lugar y el cuadro fue entregado a Charlie que se encargaría de hacerlo seguir donde se decidiera.
Una sensación de relax se apoderó de todos, habían cumplido, la primera parte estaba resuelta.
John llamó a las cuatro y media.
Hola Fred. ¿Cómo estás?
¿Bien, y tú?
Acabo de volver de acompañar a Susan al aeropuerto, acaba de despegar para New York, pasado mañana se incorpora al trabajo. A propósito ¿Ha llegado el cuadro?
Sí, te llamaba para decírtelo, hemos cumplido.
Bien, muy bien, te lo agradezco.
¿Y ahora que quieres que hagamos con él?
Envíalo a mi casa de New York para que llegue el viernes por la tarde a partir de las cinco, a esa hora ya habrá llegado Susan.
Perfecto, así lo hacemos
Charlie por favor asegura que el cuadro llega a la casa de John en New York entre las cinco y las seis de la tarde del viernes. ¿Entendido?
Descuida, estará en el sitio y en la hora convenida.
Capitulo 10
Un año había sido un suspiro, volvía a New York, nada más bajar del avión le era todo familiar, los pasillos, la cinta de los equipajes, la espera, esa maleta que parece que hubiera estado esperando siempre, las ganas de salir de la terminal y estar a bordo de un taxi.
El paisaje pasaba deprisa por la ventanilla y en un momento estaba frente a su casa. Abrió la puerta, la encontró tal y como esperaba, Mary Brown se había encargado de arreglar todo con Emily para que una empresa de limpieza la pusiera a punto. Emily, su vecina, la estaba esperando.
Qué alegría Susan, que alegría de verte. ¿Cómo estás?
Diferente, y transformada, ya sabes que empiezo otra etapa de mi vida. John con su trabajo, mis hijos cada uno con su tema y yo en mi búsqueda permanente.
Eso nos pasa a todas, eres una más, no te creas tan original.
Se rieron y se dieron un abrazo.
Vamos a ver si todavía queda alguna botella del coñac favorito de John y saboreamos lentamente una copa y nos contamos cosas.
Las viejas amigas, cómplices, gozaron de los vapores de la bebida y de la alegría del reencuentro animando la conversación con risas a medida que el coñac iba haciendo efecto, finalmente se despidieron pasadas las ocho y media,
Susan se encontró el frigorífico bien equipado de leche, huevos, yogures, fruta, queso, jamón de york, sándwiches y fuera en los estantes latas de supervivencia, paquetes de galletas, pan tostado,,,, diríase que eran provisiones para una semana y no había querido abrir todavía el arcón congelador.
Llamó a John.
Hola, ¿Cómo estás?
He llegado hace un rato, ¿y tú?
El viaje un poco cansado, pero bien. Siento que la vida es un cuento y que el interés fundamental de vivirla es que nunca se conoce su desenlace.
Estás filosófica. ¿Qué vas a hacer mañana?
Antes esta noche. Acabar de leer todo lo que me ha enviado Jason, intentar dormir, acercarme mañana a Stella, conocer los cambios que ha podido haber y dejar todo listo para el viernes.
Muy bien, a propósito del viernes, he dicho a Fred que te envíen el cuadro que encargaste en Dafen para que llegue a casa a partir de las cinco. Supongo que te viene bien.
Perfectamente, bien pensado.
Si, llegará en San Valentín
Cierto, cierto, etapa nueva, cuadro nuevo.
Hasta mañana,
Hasta mañana, un beso..
Se acostó tarde después de subrayar los temas básicos y preparar la documentación para el día siguiente y el viernes.
El sueño de esa noche fue galopante, por su cabeza pasaron la muralla China, las pirámides de Egipto, Manhattan, el Louvre, la Tate Gallery, El Prado, Venecia y sus letras de cambio,,,, desiertos y oasis, mares y playas, el Caribe y las Islas Griegas y antes de que se quisiera dar cuenta, estaba ya en el metro camino de la Universidad.
El día fue de reencuentros, el paso del tiempo le devolvía la sensación de que aunque todos eran conocidos, casi todo le era desconocido.
Jason parecía el mismo, como si nada hubiera cambiado, se le notaba más viejo pero a la vez más firme, transmitiendo esa seguridad y confianza que llevaba consigo. Le dio un abrazo y le dijo:
Susan, cuanto me alegra de que hayas vuelto, ahora será distinto, en la vida de todos hay un momento en que uno se da cuenta que el rumbo a seguir es el que le dicta su propia intuición, no sé cómo llamarlo corazón, instinto, no sé, no sé, es un sentimiento de otoño vital, donde caen las hojas y queda el tronco y las ramas al desnudo, la primavera es efímera. Olvida recuperar las hojas perdidas, lo que queda siempre es el árbol austero, desnudo, sin hojas que lo oculten.
En casa volvió a telefonear a John por la noche.
Mañana viene la nueva promoción, es emocionante. Jason me habla de otoño cuando viene la primavera.
Ese Jason siempre ha sido un poco lunático
Si, es así, es un genio encantador, puede decir las cosas más amargas sonriendo, sonríe siempre como los chinos.
La vida es dura y me parece que hay que tomársela más en serio.
Susan se quedó en silencio.
Bueno hasta mañana John, cuídate.
Tú también, mañana te llegará el cuadro.
CAPITULO 11
La nueva promoción tenía un porcentaje de estudiantes orientales muy elevado, casi la mitad de ellos. Sonreían, saludaban, tenían un inglés sorprendente y en la fiesta de bienvenida se acercó uno de ellos a Susan.
Señora Springsteen, tengo el gusto de hacerle entrega de un pequeño regalo en nombre de los estudiantes chinos, me gustaría que lo aceptara, es un presente para todas las profesoras.
Por supuesto que lo acepto, muchas gracias.
Susan miró el reloj, eran las tres y media y tenía que volver a casa, para estar a tiempo de recibir el envío, fue despidiéndose de sus conocidos y cuando llegó a Jason este le dijo, ¿tienes prisa?
Bueno un poco, John me ha enviado un cuadro y tengo que estar en casa sobre las cinco,
Date prisa entonces, te espera tu regalo,
El camino de vuelta se complicó, el bolso, el cuadro, la precipitación, miraba el reloj de cada estación y cada vez que lo miraba hacía cálculos, por un momento llego a agobiarse, pero finalmente llegaba a su casa a las cinco en punto.
Abrió la puerta, tiró el bolso y el cuadro sobre el sofá y se echó en un sillón… después se quitó los zapatos y se puso unas zapatillas, eran las cinco y cuarto.
Mientras esperaba comenzó a abrir el cuadro que le habían regalado los estudiantes chinos, lo iba desembalando con cuidado y finalmente se encontró con una sorpresa, era justo lo que ella había querido encargar, los mismos lirios que imaginaba, esas tonalidades que combinan azul, verde y morado,,, fantásticos, no podía ser más parecido a lo que ella buscaba. En el reverso de la lámina un sello en chino y en inglés que decía “El taller de la sonrisa”.
Susan no salía de su asombro cuando sonó el timbre.
Buenas tardes traemos un paquete para Susan Springsteen
Soy yo,
¿Me lo puede retirar?
Sí, claro.
Firmo y entregó cinco dólares de propina al mensajero.
Lentamente fue retirando el papel de burbujas, los plásticos, las cintas adhesivas y pronto notó que venía enmarcado, Finalmente lo miró y se quedó petrificada, era exactamente igual que el anterior.
Coincidencias de la vida dos cuadros por caminos distintos para un mismo corazón.
Seguía sumida en la sorpresa cuando llamó John
Hola Susan
Hola John
¿Te ha llegado el regalo de San Valentín?
Sí, puntual como decías, perfecto.
¿Te gusta?
Sí, los lirios son perfectos, lo que esperaba.
Me alegro, lo celebraremos el fin de semana del 28.
Si, te espero.
Un beso,
Un beso
Y Susan puso los dos cuadros enfrente de ella, los miró y fue incapaz de diferenciar uno de otro aunque hubieran sido pintados los dos en el Taller de la Sonrisa,
Una mueca de asombro y tranquilidad le iluminó la cara y recordó lo que había leído:
Lirios blancos.- Corazón tierno, te quiero y confío en ti.
Lirios azules.- Amor tierno. Significan buenas noticias.
Lirios amarillos.- Amarte me hace feliz.
Lirios malvas.- Tus ojos me enloquecen. Deseo de seducir a la persona amada.
Lirios rojos.- Amor ardiente.
Lirios naranjas.- Ardo de amor por ti.
Lirios que hoy habían alegrado su día. Esa noche soñó con ellos sin haber podido distinguir su color.
Se sintió única e irrepetible, el hada del cuento,
EPILOGO
Fred entró en el despacho de Bob, la primavera ya había llegado, todavía había luz del día, sólo quedaban ellos dos en aquella planta.
He descubierto lo que pasó con el cuadro original.
¿De verdad? ¿Cuenta?
He pasado al lado de donde está tu equipo que recibe la documentación y he visto a la limpiadora. Se me ha ocurrido preguntarle si se acordaba de haber visto algo algún paquete con el tamaño de un cuadro hace unas semanas. Me ha dicho que SI.
¿Y qué más?
Que somos muy desordenados, que siempre está quitando cosas de en medio y que no para de tirar cosas.
¿Quieres decir que tiró el cuadro?
SI, no sin antes intentar doblarlo por la mitad para que pudiera entrar en su carro. Sepa Dios donde andará.
Bob recordó el nombre del Taller, ¿Sabes que el taller donde se pintó se llama el taller de la sonrisa?
No me digas, vaya coincidencia y riendose añadió, ahora que teneis confianza con ellos pregúntales si nos pueden ayudar a hacer un plan para ordenar y evitar que se dejen cosas abandonadas en el suelo, por encima de las mesas o en cualquier sitio. ¿Para que están los armarios? ¿Si no son para eso para que los queremos? ¿Habrán encontrado ellos un solución para esto?
Si Fred, llevas razón.
Es una historia que hemos conseguido cerrar, de las que no se aprenden en los master. Vámonos que es tarde.
Bob sonrió, recogió todo lo que habitualmente dejaba disperso por su despacho y lo guardó en un armario.
Ellos sabían que se había desvelado el secreto de Marilyn, pero desconocian que comenzaba el de Susan.