domingo, 26 de enero de 2014

El referendum de los nómadas.


Supe que existía Barcelona antes de ir a la escuela, era el inicio de los sesenta y ahí se remontan mis primeros recuerdos de abuela, tios, tias, primos y primas que tomaron ese destino para unirse a los cabeza de familia que se habían marchado antes para buscar trabajo y techo donde acomodarlos.
Han pasado tres generaciones desde cuando descubrí que el Catalán era el tren que llevaba a los andaluces a Barcelona y que cuando bajaba al Sur se llamaba de otra manera, el granaino, el sevillano, el malagueño,,,,  Los naturales de la provincia de Jaén normalmente se apeaban o se embarcaban en la estación de Baeza que con el tiempo se ha denominado Linares-Baeza.

Memoria de idas y venidas, bultos, noches de verano, martillos golpeando las ruedas de hierro alumbradas con un farol en la mano, algunos pañuelos y muchas manos agitándose en el andén y en las ventanillas del tren, sin saber nadie cuando sería la vuelta.
Barcelona y el Catalán eran el recurso a salir adelante, trenes de ida y vuelta,
Las vueltas, a veces eran derrotas como la de Don Quijote después de su combate con el Caballero de la Blanca Luna en la Playa de Barcelona.
Parte de mis antepasados llegaron al Sur desde Alemania para repoblar Sierra Morena, desde allí se extendieron a otras ciudades y alguno ahora reside en el mismo país que en el siglo XVIII vio salir a nuestros tatarabuelos.
En aquellos días tampoco sospechaba que yo acabaría siendo otro nómada buscando el oasis del progreso y el tren mi medio de locomoción.
Ahora leo cada día algo sobre el referéndum de Cataluña y me vienen muchos recuerdos.
Don Quijote y Sancho vieron el mar, por primera vez en Barcelona y les pareció “espaciosísimo y largo, harto más que las lagunas de Ruidera, que en la Mancha habían visto; vieron las galeras que estaban en la playa, las cuales, abatiendo las tiendas, se descubrieron llenas de flámulas y gallardetes, que tremolaban al viento y besaban y barrían el agua; dentro sonaban clarines, trompetas y chirimías, que cerca y lejos llenaban el aire de suaves y belicosos acentos.”
La primera vez que vi el mar tuve la misma sensación que describe Cervantes y después de la partida de mi pueblo, siento lo que el viajero de Saramago:
El primer viajero que en medio del camino para el automóvil, tiene el motor ya en Portugal, pero no el depósito de gasolina, que aún está en España, y él mismo se asoma al parapeto en aquel centímetro exacto por donde pasa la invisible línea de la frontera.
Entonces, sobre las aguas oscuras y profundas, entre los altos escarpes que van doblando los ecos, se oye la voz del viajero, predicando a los peces del río:
 "Venid acá, peces, vosotros, los de la orilla derecha que estáis en el río Douro, y vosotros, los de la orilla izquierda que estáis en el- río Duero. Venid acá todos y decidme en qué lengua habláis cuando ahí abajo cruzáis las acuáticas aduanas, y si también ahí tenéis pasaportes para entrar y salir.
Aquí estoy yo, mirándoos desde lo alto de esta presa, y vosotros mirándome a mí, peces que vivís en esas confundidas aguas, que tan pronto estáis en una banda como en la otra, en gran hermandad de peces que sólo se comen entre sí por necesidad del hambre y no por enfados de patria. Me dais vosotros, peces, una clara lección; ojalá no la olvide yo al pasar por segunda vez en este viaje mío a Portugal, Conviene, pues, saber que de tierra en tierra he de prestar mucha atención a lo que sea igual y a lo que fuere distinto, aunque salvando, como humano es y entre vosotros igualmente se practica, las preferencias y las simpatías de este viajero, que no está ligado a obligaciones del amor universal, ni eso se le pidió. De vosotros me despido, en fin, peces, hasta otro día, e id a vuestra vida mientras por aquí no vengan pescadores. Nadad felices y deseadme buen viaje. Adiós, adiós".

3 comentarios:

  1. Rodrigo:

    Veo que tu memoria empieza más o menos en la misma década, en la que yo me hice primero seguidor del Barcelona, sobre el 1.962, y en el año 1969, fundador y Gerente de la primera Peña Barcelonista en Madrid, (que ahí es “na” como se suele decir)
    Tú has visto esta película de Cataluña desde otro prisma distinto al mío, el de los nómadas, de ahí tu reflexión en este sentido. Aunque yo también lo he sido pero en otra dirección desde Tetuán y Ceuta, hasta Málaga y Madrid.

    Lo del tema del Referéndum no el de los nómadas, como tu tan bien y finamente nos expones, sino el “separatismo catalán” que ha sido algo, que a través de estos años ellos han ido larvando de forma solapada, y que he ido palpando y viendo en mis contactos con ellos, que no son peces, sino tiburones hambrientos y usureros.

    He tenido contacto con algunos directivos de ese Club, te acordarás de un tal Núñez, algunas fotos con él en la Playa de Formentor, donde hablamos y charlamos, sobre la deriva que yo ya estaba viendo, sobre su “Referéndum”
    Por este motivo, hace unos 15 años, tuve que mandar a algunos directivos a paseo ( y asimismo, a tomar por donde amargan los pepinos) y no tuve reparos en hacerlo por escrito, pues me pusieron una dura prueba sobre el tema de nuestra bandera, la bandera de ESPAÑA.

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  2. Amigo Pedro, los nómadas tendremos siempre un conflicto porque creemos que el hombre nació para ser universal,

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  3. Amigo Rodri:
    Eso está muy claro, y ese debería ser el espíritu general de nuestra Sociedad, y no con las divisiones que algunos nos quieren poner.

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